Opel Admiral coches clásicos en venta

Historia del Opel Admiral

El Opel Admiral debutó en 1937 como la joya de la gama alta de Opel, superando al Super 6 y compitiendo directamente contra modelos de Maybach y Mercedes-Benz. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, su fabricación se interrumpió, reapareciendo en 1964 como parte de la familia KAD (Kapitän, Admiral, Diplomat), afianzando su posición en el segmento ejecutivo hasta 1977. Tras la guerra, el nombre resurgió, aunque el concepto técnico y estilístico del modelo evolucionó radicalmente, adaptándose a los cambios en la demanda y el diseño automovilístico europeo. Algunos ejemplares originales fueron adaptados para usos militares o servicios especiales, lo que aumenta el interés histórico en los Admiral prebélicos.

Evolución de los modelos Admiral

La primera generación del Admiral (1937-1939) incluía versiones berlina, limusina y cabriolet, todas con el característico motor de seis cilindros en línea. En 1964, Opel relanzó el modelo con la serie KAD-A, posicionando al Admiral entre el Kapitän y el lujoso Diplomat. El Admiral A (1964-1968) fue el más vendido de la familia KAD, principalmente con motorizaciones de seis cilindros entre 100 y 140 CV. En 1969 llegó el Admiral B, más refinado y con inyección electrónica en el 2.8E, manteniéndose en producción hasta 1977. El Admiral fue el último superviviente de esta familia junto al Diplomat, marcando el fin de la apuesta de Opel en la gama alta alemana.

Particularidades y datos relevantes del Opel Admiral

La gama Admiral destacó históricamente por ofrecer versiones muy poco frecuentes, como los cabriolets de Hebmüller —de los que se estima existen menos de 12 ejemplares— y variantes de carrocería poco vistas. El Admiral B trajo la inyección electrónica de Bosch y una mayor sofisticación interior frente a las primeras series. En cuanto a cifras de mercado: actualmente, el Admiral KAD B representa el 54,5% de los anuncios disponibles de la serie (siendo la versión más abundante), seguido del KAD A con un 36,4%. La demanda refleja un patrón semejante: el 53,9% de las visitas corresponde al KAD B, el 45,3% al KAD A, mostrando preferencia clara por las series posteriores, aunque las primeras unidades son las más cotizadas entre coleccionistas y entusiastas de las rarezas.

Datos técnicos principales

Series especiales y modelos de colección

Los Hebmüller-cabriolets de dos puertas constituyen la versión más especial y rara del Admiral prebélico, con solo unos doce ejemplares reconocidos. En las series posteriores destaca el Admiral Royal, una edición con equipamiento mejorado. La variedad de carrocerías y la disponibilidad de accesorios originales como radios Blaupunkt o series limitadas hacen que existan configuraciones particularmente codiciadas, incluyendo coches adaptados como ambulancia o vehículos oficiales históricos.

Motor, rendimiento y dinámica de conducción

El Admiral fue siempre fiel a la arquitectura de seis cilindros en línea, muy valorada por su suavidad y potencia. El modelo 3.6 del periodo prebélico llegaba a los 75 CV y 132 km/h. En las ediciones de los años 60 y 70, los motores de seis cilindros oscilaron entre 100 CV (2.6) y hasta 165 CV en el 2.8E con inyección. Existía una versión V8 para la KAD A (hasta 230 CV), aunque sufrió problemas de sobrecalentamiento en usos exigentes. El confort de marcha era prioritario: dirección asistida, caja automática, y suspensiones amplias convertían al Admiral en un coche cómodo y ideal para largos viajes. - Opel Admiral 2.8 E (1973): seis cilindros, 165 CV, inyección Bosch.

• Admiral con caja automática y servodirección: muy apreciados para uso turístico.
• Hebmüller Cabrio: por su rareza y singularidad.

Diseño, confort y equipamiento

Las líneas del Opel Admiral variaron de curvas y elegantes en la versión prebélica a un enfoque rectilíneo y sobrio en la KAD-A, con toques inspirados en Chrysler. Las series KAD-B se distinguieron por una silueta más europea y refinada, mayor atención al detalle y mejor percepción de calidad. Los primeros modelos resaltaban por su longitud superior a los cinco metros y el amplio maletero. Se podían elegir tapicerías lujosas, accesorios como radios Blaupunkt de fábrica, altavoces traseros, y faros antiniebla. Entre las opciones de confort se encontraban techo solar de apertura por manivela y la clásica gran consola central.

Otros aspectos relevantes

La documentación histórica de muchos Admiral está disponible, así como piezas de recambio originales: motores, carrocerías, cristales, paragolpes y más. Existe una comunidad internacional activa que comparte información técnica, catálogos y experiencia para la restauración y conservación. Los modelos con matrícula H (clásica) representan una opción para disfrutar del coche en eventos y rutas de clásicos.

Resumen

El Opel Admiral ocupa un lugar único en la historia del automóvil alemán, combinando lujo, ingeniería avanzada para su tiempo y amplias opciones de carrocería y equipamiento. Las variantes más escasas, como los Hebmüller-cabriolets, y las series bien conservadas de los años 70 gozan de fuerte interés entre aficionados en España y Europa. Su robusta mecánica y la disponibilidad de recambios aseguran que el Admiral siga rodando muchos años más entre los grandes clásicos del motor.