Ford Comète clásicos en venta

Historia del Ford Comète

El Ford Comète fue lanzado en 1951 por Ford SAF como su vehículo de gama alta en Francia. Su carrocería fue fabricada por FACEL en París, empresa que más tarde se haría famosa como Facel Vega. Orientado al segmento de lujo, el Comète combinaba tecnología estadounidense y diseño francés, resultando en un coupé elegante y exclusivo. En Francia, este modelo representó la apuesta de Ford por el refinamiento y la personalización en el periodo de posguerra, marcando así una etapa única en la historia de la marca.

Historia de la serie

El Comète se montó sobre la base del Ford Vedette y se diferenciaba principalmente por su diseño más lujoso y detalles premium. Su producción estuvo limitada a tan solo tres años, de 1951 a 1954. El Comète no tuvo un sucesor directo, y tras el fin de la producción, Ford SAF cerró y FACEL concentró esfuerzos en sus propios modelos de alta gama, como los Facel Vega.

Particularidades del Ford Comète

El Ford Comète es conocido por su construcción artesanal y su limitada producción, lo que lo convierte en un automóvil sumamente escaso en la actualidad. Sus detalles cromados, interiores de cuero y motores V8, junto con la posibilidad de restaurar elementos como pintura, tapicería o cromados, realzan su atractivo entre entusiastas. La disponibilidad de algunos repuestos originales o recambios compatibles facilita, en parte, su mantenimiento.

Datos técnicos

Ediciones especiales y versiones de coleccionista

Existen variantes del Comète como la versión 13CV de 2,4 litros, que destacaba por su mayor potencia y equipamiento de lujo, como interiores originales de cuero y acabados superiores. Algunos ejemplares conservan estos atributos en estado original, incrementando su singularidad en el mercado.

Puntos débiles y consideraciones de mantenimiento

El estado de la carrocería y el cromo suele requerir atención, siendo común encontrar necesidades de restauración en pintura y tapicería. Los interiores de cuero pueden estar en buen estado gracias a la calidad de los materiales, pero conviene revisar la instalación eléctrica y los instrumentos. Existen recambios para faros, gomas y otros detalles, aunque su rareza puede hacerlos costosos o difíciles de conseguir. La restauración de moquetas y la sustitución de piezas cromadas son habituales en procesos de renovación.

Motor, comportamiento y manejo

El Comète ofrecía un rendimiento notable para la época, gracias a su motor V8 de entre 2,2 y 2,4 litros y una potencia de hasta 80 CV. El cambio manual de cuatro marchas de origen Pont-à-Mousson proporcionaba una conducción suave pero deportiva según los estándares de la Francia de los años cincuenta. El equilibrio entre potencia y lujo lo hacen especial para quienes buscan conducir un clásico francés con carácter. Destacan especialmente las versiones 13CV equipadas con el motor de 2,4 litros y acabados de lujo. Estas variantes combinan prestaciones elevadas y una presentación cuidada que las distinguen entre los coleccionistas.

Diseño, interior y accesorios

La carrocería del Comète fue desarrollada por FACEL, con líneas elegantes y proporciones que evocan el lujo europeo de la década de los cincuenta. Los interiores solían llevar asientos de cuero originales, paneles tapizados y detalles cromados. Algunos ejemplares conservan equipamiento de fábrica, incluyendo instrumentos y acabados exclusivos. La posibilidad de personalizaciones de época, como pinturas especiales y componentes opcionales, eran parte de la oferta para clientes exigentes.

Otros detalles de interés

Muchos Ford Comète circularon inicialmente en Francia antes de ser exportados o matriculados en otros países europeos. Su baja producción y registro lo hacen una rareza fuera del país de origen. Los entusiastas valoran especialmente la posibilidad de devolverlo a su esplendor original mediante procesos de restauración artesanales.

Resumen

El Ford Comète está considerado como una de las piezas más exclusivas y refinadas de la producción de Ford en Europa. Diseño francés, motor V8, limitada producción y posibilidades reales de restauración hacen de él un clásico muy valorado entre aficionados y coleccionistas de modelos inusuales.