Ford GT40 coches clásicos en venta
El Ford GT40 es uno de los deportivos clásicos más influyentes de los años 60, creado específicamente para batir a Ferrari en Le Mans. Se produjeron pocas unidades, combinando tecnología de competición, motor V8 y una carrocería de sólo 40 pulgadas de altura. Una pieza clave de la ingeniería automovilística para apasionados y coleccionistas.
Resultados de la búsqueda


1965 | Ford GT40
FIA HTP valid until 31.12.2033. Ready to race.

1965 | Ford GT40
Ford GT40 (by Gelscoe)

1965 | Ford GT40
"Si vous aspirez à gagner les Spa Six Hours !

1966 | Ford GT40
SUPERFORMANCE GT40 MK ONE

1991 | Ford GT40
MARK I GT40 Recitation
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1965 | Ford GT40
FORD GT 40 MK1 REPLICA DRB 1980
2017 | Ford GT40
2017 Ford GT40 Evocation by Southern GT
1966 | Ford GT40
Tribute , deutsche Zulassung, H-Kennzeichen
1978 | Ford GT40
<p>PRESENTE PAD. 26 - FIERA BOLOGNA - 24-27 OTTOBRE</p>
1967 | Ford GT40
1967 Ford GT40
1965 | Ford GT40
2017 Goodwood Revival Whitsun Trophy Winner!
1978 | Ford GT40
2017 | Ford GT40
Owner-Built & Engineered - Very Useable - Crackin' Looking!
Historia y desarrollo del Ford GT40
El Ford GT40 nació a principios de los años 60 como respuesta directa de Ford a la hegemonía de Ferrari en las 24 Horas de Le Mans. Henry Ford II, tras el fracaso de adquirir Ferrari, impulsó el desarrollo de un coche capaz de superar a su rival en las carreras de resistencia más prestigiosas. El GT40 se denominó así por su altura total de solo 40 pulgadas (unos 101,6 cm) y fue fruto de una colaboración internacional entre ingenieros y equipos de EE. UU. y Gran Bretaña, como Ford Advanced Vehicles, Carroll Shelby, Holman-Moody y John Wyer. El debut comercial fue en 1965, pensado tanto para circuitos como para homologación FIA. Su robusto chasis tubular de acero y la fiabilidad del motor V8 estadounidense marcaron la diferencia en la pista.
Evolución y variantes del GT40
Entre 1964 y 1969 se fabricaron 134 unidades del GT40, incluyendo prototipos y modelos de competición y calle. El Mk I fue el primero de la saga y estableció las bases de la serie; la versión Mk II incorporó motores V8 de 7 litros y una nueva carrocería, logrando la victoria en Le Mans en 1966. El Mk III estaba destinado a uso en carretera, con una producción muy limitada y adaptaciones mínimas respecto a las variantes de carreras. Posteriores evoluciones como el Mk IV suponían cambios radicales en la aerodinámica y el chasis, buscando mayor velocidad punta y estabilidad en circuitos como Le Mans. Tras finalizar la producción, la sucesión natural llegaría en 2002 con el Ford GT.
Particularidades y posición del Ford GT40
El GT40 se distingue por su configuración de motor central, chasis tubular y una aerodinámica pensada para velocidades extremas. Entre los rasgos destacables están los carburadores Weber, llantas Borrani o de magnesio, y la posibilidad de versiones tanto de volante a la izquierda como a la derecha. El color Gulf azul celeste con naranja es sinónimo de esta máquina en la cultura del automovilismo. De las unidades fabricadas, algunas fueron concebidas para exposición, otras para competición con fichas FIA históricas.
Ficha técnica del Ford GT40
Ediciones especiales y modelos limitados
El Ford GT40 Mk III representa la variante más exclusiva, al diseñarse específicamente para el uso en carretera: sólo siete unidades fueron transformadas para tal fin. También destacan los vehículos que participaron en competiciones históricas y aquellos pintados en los colores originales Gulf o producidos como "Toolroom-Copies" conforme a los estándares FIA para clásicos de competición. Un puñado de unidades recién salidas de fábrica fueron destinadas a exposiciones y a programas promocionales, hoy día especialmente valoradas.
Mantenimiento y puntos críticos
A pesar de la robustez del bastidor tubular y la sencillez mecánica propia de motores V8 estadounidenses, el GT40 requiere atención especializada para conservar su autenticidad y buen rendimiento. Es esencial revisar la procedencia de los componentes y asegurar la presencia de piezas originales. Algunos puntos a inspeccionar son el sistema de frenos de disco, la transmisión ZF (si equipada), y el correcto estado del tren delantero y trasero debido a las exigencias de uso en competición y eventos históricos. La comunidad de restauradores y especialistas garantiza el acceso a repuestos y manuales adaptados a cada variante, ya que no existen grandes series de producción.
Motor, dinámica y manejo en pista
El Ford GT40 sobresale por su rendimiento radical: los motores V8, ubicados en posición central, ofrecen una entrega de potencia inmediata y un sonido característico. El equilibrio de pesos permite una gran agilidad en circuitos, especialmente en tramos rápidos como los de Le Mans o Spa-Francorchamps. La aceleración rivaliza con los mejores deportivos de su época, con cifras en torno a los 350 CV y velocidades máximas superiores a los 260 km/h en muchas versiones. Modelos destacados incluyen el GT40 Mk I con motor 4,7 litros y el Mk II con propulsor de 7,0 litros, así como unidades con históricos deportivos documentados, que frecuentemente compiten en eventos como el Goodwood Revival o Spa Six Hours.
Diseño, interior y elementos distintivos
La carrocería ultra baja de 40 pulgadas es la esencia del GT40 y garantiza una silueta inconfundible, acompañada de pasos de rueda acentuados y entradas de aire generosas. El diseño fue afinado tanto por Ford como por John Wyer y los equipos involucrados en competición. El interior es espartano pero funcional, concebido para la eficacia en pista, aunque las adaptaciones Mk III introducen algo más de confort. Los colores Gulf (azul celeste y naranja), Opalescent Silver Blue y Metallic Borneo Green identifican unidades concretas, así como el uso de accesorios específicos para competición, como arneses, relojería Smiths y llantas de magnesio o radios Borrani. Opcionalmente, algunos ejemplares pueden equipar accesorios de rally o exposición, lo que incrementa su valor histórico.
Otros datos relevantes
Muchos GT40 cuentan con historial de propiedad documentado y participación en eventos internacionales como Silverstone Classic, Dijon-Prenous o rallies históricos. El acceso a certificados FIA y la autenticidad de los componentes originales inciden notablemente en la cotización. La red de especialistas en Europa y EE. UU. facilita restauraciones y asesoramiento para mantener la fidelidad al modelo original.
Resumen del Ford GT40 clásico
El Ford GT40 es sinónimo de competición en estado puro y representa uno de los capítulos más intensos en la historia del automovilismo. Su producción limitada, mecánica V8, victorias en Le Mans y diseño pensado desde el primer tornillo para ganar hacen de este coche una referencia entre los deportivos clásicos. Con comunidad activa de expertos, excelente disponibilidad de información sobre restauración y personalizaciones históricas, el GT40 permanece como un modelo de culto para aficionados y coleccionistas.





