Ford Customline clásicos en venta
El Ford Customline, fabricado entre 1952 y 1956, destaca por su atractivo diseño clásico, abundante cromo, mecánica sencilla y amplia disponibilidad de repuestos. Un modelo apreciado tanto en Europa como en EE. UU., ideal para quienes buscan un clásico fiable y con historia.
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1954 | Ford Customline
1952 | Ford Tudor V8
Top Zustand. Made in Sweden. Einziger in Europa
1956 | Ford Customline
1954 | Ford Customline
1955 | Ford Customline
Nice Ford 1955
1955 | Ford Customline
Customline
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Crear anuncioHistoria del Ford Customline
El Ford Customline se vendió originalmente en Norteamérica entre 1952 y 1956 y rápidamente ganó reconocimiento por su adaptabilidad y robustez. Su producción incluyó kits CKD (completely knocked down), permitiendo su montaje local en varios países y favoreciendo la reducción de aranceles. Modelos destinados a mercados europeos solían incorporar equipamientos superiores, como calefacción y radio, que lo acercaban al nivel de acabados propios de la gama Mercury estadounidense. Su presencia arraigada tanto en EE. UU. como en Europa ejemplifica la internacionalización del modelo, que supo adaptarse a los requisitos y preferencias de cada región.
Evolución del modelo Ford Customline
El Customline siguió a los anteriores modelos convencionales de Ford, marcando una actualización importante en la gama baja/media durante la década de los 50. Se comercializó en varias versiones, destacando especialmente las carrocerías de dos puertas (Tudor). Con motorizaciones como el fiable seis cilindros de 3 litros y cajas de cambios manuales de tres velocidades con palanca al volante, el Customline se modernizó a lo largo de sus años de fabricación hasta dar paso a sus sucesores remodelados a finales de la década. Ediciones de los años 1952, 1955 y 1956 son especialmente reconocidas y buscadas por entusiastas del modelo.
Particularidades del Ford Customline
El Customline es fácilmente reconocible por su generoso uso de cromados exteriores, los clásicos neumáticos whitewall (blanco lateral) y una tapicería interior de fábrica con estilo propio de los años 50. Sus versiones europeas destacan por incluir equipamiento extra en comparación con las estándar americanas, como radios y calefactores. Otro aspecto resaltable es la originalidad y el estado de conservación de muchos ejemplares, gracias a procedimientos de almacenamiento en garaje y restauraciones cuidadosas. Las tareas de mantenimiento como los trabajos de cromado, aunque delicados, se ven compensadas por la buena disponibilidad de piezas y documentación.
Relevancia en el mercado: Según nuestra base de datos, el 100 % de los Ford clásicos listados bajo esta serie corresponden a Customline, tanto en oferta como en visualizaciones, confirmando su total representatividad dentro de la familia Ford Customline en el mercado europeo.
Datos técnicos del Ford Customline
Ediciones especiales y modelos de colección
Algunas versiones del Customline ensambladas y comercializadas en Europa presentan acabados exclusivos, tanto en equipamiento como en detalles cromados y elección de colores. Destacan además modelos restaurados con escapes de acero inoxidable de una sola pieza y vehículos con interior y tapizados originales preservados tras décadas, así como ciertas ediciones con accesorios añadidos como reproductores CD empotrados sin modificar la estética del salpicadero.
Puntos débiles y problemas comunes
La ausencia de dirección asistida puede suponer una dificultad en maniobras a baja velocidad. El cromo, abundante en el modelo, es especialmente susceptible a la corrosión y requiere atención y cuidados regulares. Los sistemas de frenos suelen ser objeto de actualización en restauraciones debido al desgaste y las exigencias del tráfico actual. Por fortuna, la disponibilidad de recambios es excelente tanto en Europa como en EE. UU., incluyendo piezas específicas como embellecedores de estriberas o molduras.
Motor, transmisión y comportamiento dinámico
El Customline se caracteriza por la fiabilidad de su motor de seis cilindros y su caja de cambios de tres velocidades, con una configuración muy habitual de palanca al volante. No incluye dirección asistida, pero su chasis robusto y equilibrado permite que se desenvuelva de forma adecuada en carreteras actuales, pudiendo mantener cruceros de 110–120 km/h, adecuado para desplazamientos por autopista. La calidad de rodadura mejora aún más si se emplean neumáticos modernos, manteniendo la estética clásica. Modelos populares incluyen las variantes Tudor y los Customline de 1952, 1955 y 1956 dotados del motor seis cilindros de 3 litros y equipamiento extra en las versiones europeas.
Diseño, interior y equipamiento
El Customline presume de una fuerte personalidad visual, marcada por el uso extensivo de cromo exterior, líneas suaves y proporciones típicas de los '50 americanos. El interior puede conservar tapizados originales de tela de fábrica, volantes emblemáticos de gran diámetro y sencillos cuadros de instrumentos propios de la época. Entre los accesorios habituales destacan radios integradas, calefactores, whitewall tyres y, en restauraciones modernas, sistemas de audio CD discretamente integrados. La disponibilidad de documentación y manuales originales ayuda a los entusiastas a mantener la autenticidad en restauraciones y mantenimientos.
Otros aspectos relevantes
La tenencia de documentación y manuales originales es frecuente, facilitando la conservación fiel y el correcto mantenimiento. El hecho de que muchos vehículos hayan estado garajeados y bien conservados permite encontrar unidades de gran integridad estructural, sobre todo en bajos y carrocería. El Customline ha sido comúnmente matriculado como vehículo histórico en Europa, disfrutando en consecuencia de ventajas legales y fiscales propias de los vehículos clásicos.
Resumen: Ford Customline
El Ford Customline es sinónimo de autenticidad y solidez entre los clásicos americanos, apreciado por su estilo de época, su fiabilidad mecánica y la rica documentación disponible. La excelente accesibilidad a repuestos y la robustez de los materiales originales garantizan una experiencia de propiedad satisfactoria tanto para quienes buscan participar en concentraciones de clásicos como para quienes desean circular habitualmente disfrutando de un pedazo de historia automovilística.