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Dodge Charger clásicos en venta

El Dodge Charger representa la esencia del muscle car americano, combinando motores V8 de alto rendimiento, un diseño agresivo fastback y una herencia que abarca desde la competición NASCAR hasta la cultura popular. La variedad de generaciones, la potencia y la posibilidad de encontrar unidades originales o restauradas lo convierten en un referente entre los coleccionistas de coches clásicos.

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Imagen 1/14 de Dodge Charger R/T 440 (1970)
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48.000 €
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Imagen 1/36 de Dodge Charger R/T 440 (1969)
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Imagen 1/46 de Dodge Charger R/T 426 (1968)
1 / 46

1968 | Dodge Charger R/T 426

Echter HEMI Charger mit R/T Package. (nicht nachträglich zum HEMI umgebaut !!!

239.000 €
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Referencias de anuncios de "Dodge Charger" en Classic Trader

A continuación encontrará anuncios relacionados con su búsqueda que ya no están disponibles en Classic Trader. Para ayudarle a tomar una mejor decisión de compra, esta información le ayudará a hacerse una mejor idea de la disponibilidad, evolución del valor y precio actual de un anuncio de "Dodge Charger".

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Imagen 1/56 de Dodge Charger R/T 440 (1969)

1969 | Dodge Charger R/T 440

GT NARDO ( GT VINTAGE )

139.900 €hace 2 meses
🇫🇷
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Imagen 1/2 de Dodge Charger 318 (1974)

1974 | Dodge Charger 318

1974 Dodge Charger 2-door hardtop coupe V8 '74

25.950 €hace 6 meses
🇧🇪
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Imagen 1/12 de Dodge Charger (1966)

1966 | Dodge Charger

Dodge Charger 1ª generación – 5.9L V8 – Matching Numbers

39.000 €hace 6 meses
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Imagen 1/7 de Dodge Charger 500 Hardtop Coupé (1970)
Conversión/Especial

1970 | Dodge Charger 500 Hardtop Coupé

Dodge - Charger 500 - 1970

Precio a peticiónel año pasado
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Imagen 1/7 de Dodge Charger 383 (1968)
Conversión/Especial

1968 | Dodge Charger 383

Dodge - Charger 383 - 1968

Precio a peticiónel año pasado
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Imagen 1/23 de Dodge Charger (1967)

1967 | Dodge Charger

Dodge Charger First Generation 6,2-Liter-V8-Motor (383 cu) Crazy Purple 6.000 € Investitionen Klima H-Kennzeichen USA-Import (1967)

24.000 €el año pasado
🇩🇪
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Imagen 1/10 de Dodge Charger R/T (1969)

1969 | Dodge Charger R/T

DODGE Charger XP29 SE SPECIAL EDITION

138.000 €hace 2 años
🇮🇹
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Imagen 1/15 de Dodge Charger 383 (1969)

1969 | Dodge Charger 383

1969 Dodge Charger '69

99.950 €hace 2 años
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Imagen 1/9 de Dodge Charger 318 (1973)

1973 | Dodge Charger 318

DODGE Charger V8 Automatic Coupè - ISCRITTA ASI

34.000 €hace 2 años
🇮🇹
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Imagen 1/19 de Dodge Charger 318 (1974)

1974 | Dodge Charger 318

24.750 €hace 2 años
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Imagen 1/31 de Dodge Charger R/T (1968)

1968 | Dodge Charger R/T

1968 Dodge Charger

Precio a peticiónhace 3 años
🇬🇧
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Historia y evolución del Dodge Charger

El Dodge Charger hizo su debut en 1966 como respuesta al auge de los deportivos estadounidenses, en especial para competir contra el Ford Mustang. Su primera generación se identificó por la carrocería fastback y los faros escamoteables, asentándose rápidamente en el segmento muscle car. El Charger conquistó tanto a la afición de carretera como a los circuitos, logrando notables éxitos en NASCAR. La segunda generación (1968-1970) marcó un cambio hacia un diseño más agresivo y motores aún más potentes, consolidándose como símbolo de potencia en la cultura estadounidense. A partir de 1971, el Charger evolucionó con líneas más redondeadas y la desaparición de algunos detalles clásicos, influido por factores como la crisis del petróleo y la regulación de emisiones, lo que marcó el final de las grandes motorizaciones en los años setenta. Tras diversas transformaciones en los años ochenta e incluso un paréntesis en la producción, el nombre Charger fue recuperado en 2006 para una berlina de cuatro puertas, reinterpretando algunos elementos icónicos de los modelos originales.

Evolución por generaciones y modelos emblemáticos

A lo largo de ocho generaciones, el Charger ha experimentado múltiples transformaciones: de coupé biplaza en su inicio a berlina deportiva actual. Entre 1966 y 1974, las tres primeras generaciones fijaron los estándares de los muscle cars americanos, con motores V8 de gran cilindrada y múltiples opciones de equipamiento deportivo como los acabados R/T y Super Bee. La cuarta (1975-1978) y quinta generación (1982-1987) centraron sus esfuerzos en el confort y la eficiencia, perdiendo parte del espíritu deportivo original debido a normativas más restrictivas. La sexta generación, lanzada en 2006, devolvió al Charger su presencia en el mercado, ahora como berlina, pero disponible en versiones de altas prestaciones y ediciones limitadas que evocan la tradición de potencia y carácter de la marca.

Características destacadas del Dodge Charger

El Charger destaca por su plataforma B-Body en los modelos originales, motores V8 con cubicajes que llegan a los 7,2 litros (440 ci) e incluso versiones HEMI de hasta 528 ci para preparaciones especiales. Entre las versiones más buscadas figuran las ediciones R/T (Road/Track), Super Bee y modelos modificados para la competición o la policía estadounidense. El sonido inconfundible de su escape doble, el interior con detalles deportivos como el cuadro Rallye y la opción de asientos tipo “buddy seat” son parte de sus señas de identidad. En cuanto a la originalidad, la verificación de "matching numbers" (motor y chasis originales) y la presencia de componentes originales como salpicaderos, llantas y colores de carrocería incrementan significativamente su valor para el coleccionista.

Datos técnicos principales

Ediciones especiales y variantes de coleccionista

Entre los modelos más cotizados figuran el Charger Daytona (1969-1970), desarrollado para NASCAR y reconocible por su alerón trasero y el morro en pico, y el Charger R/T de 1970, que sumaba detalles exclusivos de interior y potentes opciones mecánicas como el 440 Magnum o el 426 HEMI opcional. La edición Super Bee puso el acento en la deportividad a menor coste, mientras que la versión Shelby Charger de los años 80 supuso una interpretación turboalimentada destinada a un público más joven. La existencia de modelos policiales y variantes específicas para competición constituye otro atractivo entre coleccionistas.

Puntos clave y problemas conocidos

Las primeras generaciones (1966-1974) presentan riesgos de corrosión en bajos, pasos de rueda y costuras de la carrocería. Los motores V8 son robustos, pero muchas unidades han sufrido modificaciones profundas que pueden comprometer su fiabilidad. Especial atención requieren las versiones HEMI y Daytona: es imprescindible verificar historial y estado real. En generaciones recientes (2006 en adelante), hay que vigilar problemas en los motores Pentastar 3.6 por desgaste de balancines y en el HEMI 5,7 por fallos en los taqués hidráulicos o fugas de la bomba de agua (alrededor de los 130.000 km). También conviene comprobar la integridad de la electrónica (campañas de airbags y alternador), así como el estado de las pastillas y discos de freno en los modelos V6 y SRT. Es fundamental asegurarse de que la unidad mantiene su caja de cambios automática correctamente, verificando los intervalos de mantenimiento y la ausencia de ruidos anómalos. Consultar el historial de revisiones es indispensable para evitar sorpresas costosas.

Motor, transmisión y comportamiento dinámico

En versiones clásicas, el Charger es reconocido por su entrega de potencia contundente y sensaciones directas gracias al V8 en disposición delantera longitudinal y tracción trasera. El conjunto se completa con un sonido grave y característico, mientras el bastidor permite un buen equilibrio entre estabilidad en línea recta y agilidad moderada en curva, según configuración y anchura de vías. Las variantes más deportivas (R/T, Daytona, Super Bee) disponen de suspensiones reforzadas y frenos mejorados. A partir de 2006, los modelos SRT combinan alta potencia con recursos modernos de control de estabilidad y frenada. El comportamiento del vehículo está condicionado tanto por el estado de la suspensión como por la configuración de neumáticos y dirección asistida. Modelos destacados:

  • Charger R/T (1970): V8 440 Magnum, caja manual Hurst de 4 marchas, detalles exclusivos.
  • Charger Daytona (1969): aerodinámica optimizada, motor HEMI de serie u opcional.
  • Shelby Charger (años 80): turboalimentado, versión ligera, perfil juvenil.
  • Charger SRT8 (2006+): V8 6,1 litros, avances en manejo y seguridad.

Diseño, interior y equipamiento especial

El Dodge Charger se caracteriza por su silueta fastback en las primeras generaciones, líneas agresivas, anchas y proporciones bajas. El frontal escapado con faros ocultos, la trasera con pilotos dobles o cuádruples, y la gama de colores originales –naranja, negro, verde metálico GF7, gris Nardo– reflejan la época y la cultura americana de los años 60 y 70. La oferta incluyó techos de vinilo, interiores de cuero sintético en negro o blanco, paneles de instrumentos de estilo Rallye, y opcionales como aire acondicionado, radio AM original y elementos cromados en versiones superiores. La variedad de ediciones especiales y conversiones incluye accesorios de época como llantas Rallye, escapes dobles o relojes centrales en el tablero. Las modificaciones modernas suelen respetar la esencia del clásico pero pueden añadir personalización en llantas, suspensión o detalles de interior.

Otros aspectos relevantes

El Charger tuvo una importante presencia tanto en la gran pantalla (como en series norteamericanas y películas de acción) como en el motorsport estadounidense, especialmente en la NASCAR, donde las ediciones Daytona y 500 sentaron cátedra. La documentación de originalidad, el historial de mantenimiento y la comprobación de números coincidentes (matching numbers) determinan el valor final para coleccionistas. Muchas unidades comercializadas en Europa proceden de importaciones estadounidenses, siendo importante verificar la homologación y la documentación para circulación europea.

Resumen final sobre el Dodge Charger clásico

El Dodge Charger aúna historia, mecánica, diseño genuino y una herencia directamente vinculada al automovilismo americano. La gran variedad de ediciones, la facilidad de encontrar repuestos para las versiones clásicas (aunque con ciertas dificultades en piezas específicas) y la potencia de sus motorizaciones lo convierten en una de las opciones más buscadas entre los aficionados a los muscle cars. Se recomienda al comprador verificar a fondo la originalidad y el mantenimiento para preservar su valor y disfrutar de la auténtica experiencia de conducción norteamericana.