1983 | Ferrari 308 GTS Quattrovalvole

Ferrari 308 GTS Quattrovalvole – Magnum al volante

Hay coches que traen su propia banda sonora. Y en el caso del Ferrari 308 GTS, no es Vivaldi ni Beethoven – es la melodía de Magnum P.I., con helicópteros, camisas hawaianas y un rugido de V8. Pero detrás del glamour televisivo, hay mucho más. Este 308 GTS es un pedazo de historia Ferrari – restaurado, cuidado, listo para conducir. Y sí, con “matching numbers”, para los coleccionistas exigentes.

Un Ferrari para los que tienen gusto – y herramientas

Este ejemplar es de la era Quattrovalvole (1983–1985): culatas de cuatro válvulas, 179 kW (243 CV), 258 km/h. Nada de turbos, ni electrónica invasiva – solo un V8 atmosférico, caja manual de 5 marchas y ese aroma a cuero caliente tras una ruta de montaña.

El propietario actual no es un dentista adinerado. Dirige su propio taller de restauración, especializado en DB4, Maserati, Ferrari – todo lo que huele bien, suena mejor y gotea un poco de aceite. Este 308 fue desmontado, arenado y restaurado a fondo. Suspensión, frenos, electricidad – todo nuevo. Interior como de fábrica: tapizado, alfombrado, detalles. Incluso funcionan los retrovisores eléctricos, cierre centralizado y el aire acondicionado – todo un logro en un 308.

Motor y caja: reconstruidos. Correas, cojinetes, juntas – todo nuevo. Números de motor y caja originales – “matching numbers”. Ferrari confirmó a la primera propietaria: April Kelly, de Canadá. ¿Lo usaba para yoga o para ir al campo de tiro? Quién sabe. Pero era suyo.

¿Por qué lo vende? Una historia de 1,94 metros

¿Por qué venderlo? El dueño cometió el mismo error que Tom Selleck: es demasiado alto. Un Ferrari 308 GTS es una obra de arte – pero no una limusina. Y tras años de admirarlo y arrastrarse para entrar y salir, llegó el momento: “No quepo.” Justo.

Valor y futuro – El hilo rojo del buen inversor

Los 308 ya dejaron de vivir a la sombra de los grandes Ferrari. Los precios se han estabilizado – y ejemplares como este, restaurados y fieles al original, son cada vez más escasos. En un mercado lleno de maquillajes, este coche tiene historia y calidad.

Conclusión – Targa fuera, música de Magnum dentro

¿Y qué te llevas? Un Ferrari listo para disfrutar. No un museo, sino un deportivo con clase. Abres el Targa, giras la llave, despierta el V8 – y entiendes por qué enamora.

Como diría Magnum: Just another day in paradise.
Haz tu oferta – y dale un toque italiano a la carretera.