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Riley 12/4 coches clásicos en venta
El Riley 12/4, producido entre 1935 y 1938, es un referente del diseño británico de los años 30, disponible en versiones berlina deportiva y roadster, reconocido por su técnica avanzada, mecánica fiable y líneas extraordinariamente deportivas. Con su robusto motor, carrocería ligera y soluciones propias de competición, es hoy un protagonista habitual en rallyes y eventos de coches clásicos.
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1936 | Riley 12/4 Special
Riley Motor Cars, Spare Parts & Workshop Service (1925–1939)

1936 | Riley 12/4 TT Sprite
only chassis



1936 | Riley 12/4 TT Sprite
TT Sprite Special recreation

1936 | Riley 12/4 TT Sprite
Riley Sprite Special

1936 | Riley 12/4 Adelphi
1936 Riley 12/4 Kestrel '36

1937 | Riley 12/4 Special
Riley 12/4 Brooklands Special The red Baron perfekt

1935 | Riley 12/4 TT Sprite
Riley TT Sprite Replica

1935 | Riley 12/4 Special
Ideales Fahrzeug für historische Veranstaltungen
El IVA es recuperable

Historia e introducción del Riley 12/4
El Riley 12/4 apareció durante una época de revolución automovilística, fusionando la tradición inglesa con la ambición de innovar en ingeniería y diseño. Las raíces de Riley como fabricante de bicicletas marcaron un camino hacia la excelencia técnica y la deportividad. La producción comenzó en 1935, ofreciendo tanto berlinas Kestrel y Falcon como el destacado roadster conocido como Sprite desde 1936. Este modelo encarnaba el equilibrio entre elegancia y accesibilidad, manteniendo la exclusividad deportiva tan característica de Riley. En 1936, la empresa lanzó el compacto roadster Sprite, continuando la saga de los 12/4 con chasis acortado y mecánica optimizada para la competición. Tras la venta de la marca a Morris en 1939, Riley mantuvo su identidad hasta finales de los 60.
Historia del modelo Riley 12/4
El Riley 12/4 surge como sucesor del deportivo Riley MPH y, a su vez, estableció las bases para la posterior línea de roadsters y berlinas deportivas de la marca. Las principales variantes del 12/4 fueron las berlinas Falcon y Kestrel, ambas con cuatro puertas pero con diferentes enfoques estéticos y de equipamiento. El roadster Sprite, con su chasis más corto y carrocería estilizada, fue la versión deportiva producida durante 1936, incorporando los mismos elementos mecánicos que la berlina. Tras los 12/4, Riley continuó innovando en el segmento medio con modelos de mayor cilindrada y refinamiento antes de la integración en el grupo British Leyland.
Aspectos destacados del Riley 12/4
El Riley 12/4 se distingue por su ligereza, la robustez de su motor de cuatro cilindros y el avanzado sistema de transmisión Wilson preselector de serie en muchas unidades. Muchas carrocerías se elaboraron íntegramente en aluminio, proporcionando mejor relación peso-potencia y respuesta dinámica ágil. Es habitual encontrar modelos optimizados con preparaciones específicas para competición, como pistones forjados, válvulas de mayor tamaño, árboles de levas deportivos y bombas hidráulicas modernas. El llamativo diseño de sus llantas de radios con cierre central, patentado por Riley, refleja atención al detalle e ingenio innovador. El 12/4 participó con éxito en rallyes y carreras clásicas, y sigue siendo muy apreciado en eventos de automóviles históricos.
Datos técnicos del Riley 12/4
Ediciones especiales y modelos coleccionables
La variante más reconocida dentro de la familia 12/4 es el Sprite roadster de 1936, ideado sobre un chasis corto y concebido directamente para la competición. Otros ejemplares notables corresponden a unidades equipadas con carrocerías de aluminio, pensadas para reducir el peso al máximo y optimizar prestaciones en rallyes históricos. Las versiones con preparaciones de competición (frenos sobredimensionados, elementos de refrigeración reforzados, asientos personalizados y accesorios como el volante de desconexión rápida) son especialmente buscadas por quienes desean participar en pruebas deportivas clásicas.
Motor, prestaciones, transmisión y comportamiento dinámico
El Riley 12/4 está equipado con un motor de 1.496 cc, bien conocido por su fiabilidad y potencial de mejora. Con los carburadores SU gemelos y ajustes de competición, era capaz de alcanzar unos 141 km/h en versiones de roadster Sprite. La transmisión Wilson preselector, adoptada en muchos ejemplares, permitía maniobras deportivas y rápidas. Este conjunto mecánico aportaba dinamismo y placer al volante, especialmente en carreteras secundarias. El grueso de los ejemplares se ha mantenido en forma para eventos de regularidad y rallyes históricos. Modelos destacados: Sprite Roadster (chasis corto y mayor potencia), variantes Falcon y Kestrel (berlinas con enfoques de diseño diferenciados).
Interior, confort, exterior y diseño
El 12/4 ofrecía interiores personalizables, con asientos tapizados en piel de distintos colores (rojo, verde, negro) y detalles exclusivos como volantes a juego. Su instrumentación analógica centralizada permitía el control de velocidad, temperatura y hora, todo ello integrado en una consola especialmente diseñada para cada carrocería. Exteriormente, el distintivo frontal con faros redondos sobre grandes guardabarros y parrilla cromada elevada define la estética tradicional de Riley. La presencia de estribos laterales y llantas de radios con cierre rápido refuerzan su carácter británico deportivo. En versiones especiales puede encontrarse equipamiento adicional, como asientos sobredimensionados, accesorios de competición y sistemas de ventilación de frenos.
Otros elementos relevantes
El Riley 12/4 es un vehículo habitual en eventos de rally, carreras de regularidad y encuentros de vehículos históricos en Europa, donde destaca tanto por su aspecto como por las prestaciones técnicas. Han participado en restauraciones y mejoras técnicas singulares, incluyendo el uso de alternadores modernos, ignición electrónica y refuerzos de transmisión y diferencial para mejorar su fiabilidad en competición.
Resumen
El Riley 12/4 combina un diseño distintivo, materiales selectos y soluciones técnicas muy avanzadas para su época. Su producción limitada, la versatilidad de carrocerías (berlina o roadster), así como su elevado rendimiento y posibilidades de personalización le convierten en un clásico especialmente valorado por los aficionados, sobre todo para quienes buscan algo más que un simple coche de colección.










