Pontiac Grand Ville coches clásicos en venta

Historia del Pontiac Grand Ville

El Pontiac Grand Ville surgió en 1971 como el nuevo buque insignia de la gama Pontiac, en un contexto de renovación de modelos full-size para el fabricante estadounidense. Este modelo reemplazó al Executive y se posicionó por encima del Bonneville, aunque ambos compartían muchos componentes técnicos y estructurales. El Grand Ville era reconocido por su mayor nivel de equipamiento y refinamiento interior, como detalles en madera en el cuadro de mandos y luces de lectura traseras, así como una oferta ampliada de carrocerías que incluía cupé, sedán, descapotable y el familiar Grand Safari de hasta nueve plazas. En 1976, el Grand Ville cedió su lugar al Bonneville Brougham, tras una producción de 272.000 unidades.

Evolución de la gama Grand Ville

El Pontiac Grand Ville hereda la base estructural del Bonneville, con la plataforma B de GM como fundamento. La gama abarcaba varios modelos, incluyendo coupé de dos puertas, sedán de cuatro puertas, cabriolet y el wagon Grand Safari. Las primeras versiones se distinguían por un techo con pilares C más anchos, evolucionando en 1975 a la línea de techo común al Bonneville. El Grand Ville marcó el último gran coche de representación de Pontiac antes de los ajustes que trajo la crisis energética, siendo reemplazado finalmente en 1976 por el Bonneville Brougham.

Aspectos destacados del Grand Ville y datos de demanda

El Grand Ville fue el modelo más lujoso de Pontiac durante su periodo de producción, presumiendo de detalles interiores exclusivos, una gran variedad de equipamiento opcional y motores de gran cilindrada. El sistema eléctrico de ventanillas, aire acondicionado, dirección asistida, asientos eléctricos y control de velocidad eran elementos populares entre los compradores. El diseño de las luces traseras y la posición lateral del indicador delantero también lo hacían fácilmente reconocible.

Datos técnicos del Pontiac Grand Ville

Modelos especiales y ediciones limitadas

El familiar Grand Safari, comercializado entre 1973 y 1974 dentro de la gama Grand Ville, representa una variante particular por su capacidad de seis a nueve plazas y acabados similares al tope de gama. Por su baja producción, las versiones cabriolet de Grand Ville también se consideran especialmente buscadas por su rareza y equipamiento.

Motor, prestaciones y dinámica de conducción

El Grand Ville se distingue por su potencia y suavidad, gracias a los grandes V8 disponibles. La combinación de cambio automático, servodirección y servo-freno, junto a un reglaje de suspensión orientado al confort, prioriza la comodidad en largos viajes. El peso elevado y la configuración del chasis penalizan la agilidad en curvas cerradas, recuperando en autovías su mejor escenario. La eficiencia de combustible es baja, consecuencia del gran cubicaje y el enfoque de la época. Modelos destacados: el cupé, con 15.686 unidades; el hardtop, con 7.447; y el descapotable, limitado a 4.519 ejemplares, representan las variantes más conocidas de la serie.

Diseño, interior y equipamiento del Grand Ville

El Grand Ville sobresale por sus lujosos interiores, inserciones de madera en el salpicadero, tapicería de alta calidad y detalles cromados. El habitáculo ofrece abundante espacio, en especial en los Grand Safari. Elementos como las luces de lectura traseras, el aire acondicionado y la amplia gama de colores y materiales marcaban la diferencia respecto a otros Pontiac. El diseño exterior enfatizaba una imagen robusta y distinguible, caracterizado por la disposición de los faros y los detalles cromados en la carrocería.

Otras particularidades

La participación de la Pontiac Grand Ville en el cine estadounidense, como su aparición en la película policiaca 'The Seven-Ups' de 1973, reafirma su presencia en la cultura pop de la época. Además, debido a la crisis energética de los 70, las ventas disminuyeron en los últimos años de producción.

Resumen sobre el Pontiac Grand Ville

El Pontiac Grand Ville cuenta con una herencia de lujo, motor de gran potencia, múltiples acabados y carrocerías, y un protagonismo destacado entre los coches clásicos estadounidenses. Su demanda sobrepasa la de otros modelos Pontiac, evidencia de su atractivo entre aficionados y coleccionistas. Destaca por su exclusividad, confort interior y representación de la ingeniería automovilística de pleno auge en los años setenta.