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Lotus 35 - Comprar clásicos

El Lotus 35 es un monoplaza de competición desarrollado por Colin Chapman para distintas fórmulas, incluyendo Fórmula 2. Es recordado por su papel dominante en las manos de Jim Clark y su versatilidad en pista. Su rareza y éxito en pista lo convierten en una referencia entre los aficionados a los clásicos de carreras.

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Historia y contexto del Lotus 35

El Lotus 35 debutó en 1965 como un desarrollo de Colin Chapman, pensado especialmente para la Fórmula 2, pero fue adaptable a diferentes categorías debido a su diseño modular. Su mayor logro llegó ese mismo año, cuando Jim Clark lo pilotó para ganar cinco carreras de Fórmula 2 y hacerse con los campeonatos Trophées de France y del British F2. Su polivalencia y competitividad hicieron del 35 uno de los chasis más respetados en la escena internacional de la época.

Evolución de la serie Lotus 35

El Lotus 35 recogía la experiencia previa del exitoso Lotus 32 y sentó las bases para los posteriores modelos de fórmula de la marca. Aunque destinado a la Fórmula 2, su chasis pudo alojar diversas mecánicas, permitiendo su uso en otros certámenes. Tras el 35, Lotus siguió una línea de innovaciones en monoplazas ligeros y modulares que marcaron el rumbo del automovilismo de los años siguientes.

Particularidades y cifras del Lotus 35

El principal atractivo del 35 radica en su éxito en pista, especialmente en manos de Jim Clark durante la temporada de 1965. Su arquitectura permitía la instalación de motores de distintos suministradores, lo cual lo hacía muy solicitado en su momento por equipos privados. La simplicidad mecánica y su bajo peso favorecían las prestaciones y el mantenimiento.

Ficha técnica del Lotus 35

Modelos especiales y versiones de colección

El Lotus 35 fue fabricado en números limitados, con algunas unidades adaptadas específicamente para Fórmula 3, gracias a su chasis polivalente. No existen versiones oficialmente denominadas como 'ediciones especiales', pero las unidades pilotadas por Jim Clark y otros pilotos de gran renombre son especialmente valoradas en el mercado de clásicos.

Motor, caja de cambios y dinámica en pista

La agilidad del Lotus 35 se apoya en su bajo peso y una distribución de masas optimizada, permitiendo cambios de apoyo rápidos y conexión directa con el piloto. Con un motor de cuatro cilindros bien puesto a punto, aceleraba con contundencia y mantenía una estabilidad notable en curva gracias a su geometría de suspensión afinada. El 35 era célebre por transmitir sensaciones puras de conducción y por responder a la perfección a los reglajes personalizados de cada piloto. Entre los ejemplares más notables destaca el Lotus 35 de Jim Clark, vencedor en cinco carreras de Fórmula 2 de 1965, equipado con preparación específica de fábrica y ajuste personalizado del tren rodante.

Diseño, materiales y detalles exclusivos

El diseño, obra de Colin Chapman, responde a las exigencias de la competición pura: carrocería estilizada y funcional, estructura tubular ligera y un puesto de conducción centrado en la ergonomía deportiva. Los acabados suelen ser minimalistas, enfocados en la funcionalidad, con detalles en aluminio cepillado y colores clásicos de la escudería. Existen variantes en decoración y configuración según la escudería privada que explotara la unidad, siendo frecuente personalizaciones en el puesto de mando y numeraciones.

Otros aspectos relevantes

Cabe destacar la flexibilidad del chasis, capaz de adaptarse a distintos motores y reglamentos, lo que facilitó la longevidad del modelo en parrilla y su presencia en diversas categorías regionales y nacionales.

Resumen

El Lotus 35 destaca como monoplaza de competición por su versatilidad técnica y éxito histórico en las pistas, siendo protagonista de una de las mejores temporadas del automovilismo británico en los años 60 gracias a Jim Clark. Su rareza y especificidad lo convierten en un clásico de culto, ideal para coleccionistas y entusiastas que valoran la historia real de la competición.