1961 | Porsche 356 B 1600

Porsche 356 B Cabriolet – Un pedazo de cielo sobre cuatro ruedas

Hay coches que son solo coches. Y luego están las leyendas. Y en lo más alto, donde el aire es fino y el asfalto huele a libertad, se encuentra el Porsche 356 B Cabriolet. Nació en 1961, en una época en la que el rock’n’roll era joven y James Bond todavía era Sean Connery.

Historia – De Wiesbaden a Buffalo y vuelta

Este 356 B fue entregado en abril de 1961 por la empresa Rossel en Wiesbaden – no a cualquiera, sino a Thomas M. James, un oficial estadounidense destinado en Alemania. ¿Dirección? 192 Burroughs Drive, Buffalo, N.Y. Sí, en aquella época la gente escribía las direcciones completas en documentos oficiales – ¡qué tiempos aquellos!

¿Color? Azul Aetna (código 6003B) – un azul profundo y sensual, con más encanto que un martini en la Riviera. Combinado con un interior de cuero negro que huele a artesanía refinada.

Actualización 06.08.25: El coche se entregó originalmente en Azul Aetna (6003B) con interior negro. Ahora está repintado en negro con interior rojo.

Después volvió a EE.UU., donde disfrutó del sol durante décadas antes de regresar a Europa. Hoy está aquí, con papeles italianos – listo para el próximo caballero (o dama) con gasolina en las venas.

Diseño – Elegancia con ADN Porsche

El 356 no grita. Susurra. Y lo hace de forma tan seductora que lo dejarás todo. ¿El cabrio? La pura definición de libertad. Detalles cromados, llantas perforadas, retrovisores cromados, y esa línea – una curva tan perfecta que podría estar colgada en el Louvre.

Y luego los extras – no cualquier radio, sino una Blaupunkt “Frankfurt”, porque el estilo y el sonido van de la mano. Un portaequipajes cromado para esos viajes a Saint-Tropez, con correas de cuero para que el equipaje luzca tan bien como el coche.

Técnica – Un corazón bóxer de Zuffenhausen

¿Debajo del capó? Un bóxer de cuatro cilindros refrigerado por aire que no grita cifras, sino carácter. Ligero, ágil, vivo – un coche que se conduce, no solo se mueve. Sin electrónica, sin ayudas, sin excusas. Estás conectado a este Porsche como un músico a su guitarra.

Sensación al conducir – Abierta, sincera, incomparable

Imagínalo: gafas de sol puestas, el sol a tu espalda, el bóxer ronroneando como un león satisfecho, y tú deslizándote por los pasos alpinos. Sin pantalla táctil, sin pitidos – solo tú, el coche y la carretera. Así se siente el placer puro de conducir.

Conclusión – Una leyenda con historia

Este 356 B no es solo un clásico. Es una cápsula del tiempo, una obra de arte sobre ruedas, una llave a una época en la que conducir todavía era una aventura. Combinación de colores original, extras raros, historial documentado – ¿qué más se puede pedir?

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