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Stevens-Duryea Model L coches clásicos en venta

El Stevens-Duryea Model L destaca por su exclusividad y sofisticación técnica en la historia del automóvil estadounidense. Este modelo, fabricado por una de las casas pioneras del motor, representa un hito en ingeniería de principios de siglo XX, en una época caracterizada por la búsqueda de la máxima calidad y fiabilidad en los vehículos de lujo.

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Historia de Stevens-Duryea Model L

Stevens-Duryea, fundada por los hermanos Duryea, fue una marca clave en el desarrollo de automóviles sofisticados en la primera mitad del siglo XX. El Model L surgió en un contexto de gran competencia entre fabricantes estadounidenses y se posicionó desde el principio como vehículo de lujo, apreciado por su construcción artesanal y sus soluciones técnicas avanzadas para la época. La marca, que nació tras la escisión de los hermanos Duryea de su primer proyecto conjunto, apostó siempre por la excelencia técnica, y el Model L es un exponente sobresaliente de esa filosofía.

Historia de la gama Model L

El Model L fue presentado como sucesor de anteriores modelos de Stevens-Duryea y se consolidó como referencia en la gama alta de la marca. Este modelo, fabricado en series limitadas, ponía el acento en la robustez de su chasis y la suavidad de su motor multicilíndrico. Aunque no tuvo un sucesor directo tras el declive de la marca, su legado está presente en la memoria colectiva de los entusiastas de los coches americanos de alta gama producidos antes de la Gran Depresión.

Aspectos destacados del Stevens-Duryea Model L

El Model L sobresale por su motor de gran cilindrada y funcionamiento extremadamente silencioso, así como por su transmisión avanzada para la época. La calidad de los materiales empleados —como latón, cuero y maderas nobles en su acabado— situó al Model L por encima de muchas propuestas europeas y norteamericanas contemporáneas. El nivel de detalle en la manufactura lo convierte en uno de los ejemplos mejor valorados del automovilismo artesanal estadounidense.

Datos técnicos del Model L

Ediciones especiales y modelos de coleccionista

No existen referencias a ediciones limitadas o subseries específicas bajo la denominación Model L, ya que la propia rareza y el esmero en la fabricación de cada unidad convierten a cualquier Stevens-Duryea Model L en pieza de colección por derecho propio.

Motor, conducción y comportamiento

El Stevens-Duryea Model L ofrecía un comportamiento en carretera que destacaba por la suavidad de marcha y la capacidad para recorrer largas distancias sin fatiga para el conductor. La combinación de motor de seis cilindros y caja manual permitía desplazamientos relajados, propios de los vehículos de lujo de la época. La dirección exigía destreza al volante, pero la sensación de aplomo era superior a la de modelos más pequeños o ligeros. El Model L es, por sí solo, la oferta mayoritaria de Stevens-Duryea, con motorizaciones y configuraciones orientadas al máximo confort en marcha.

Interior, confort y diseño exterior

El interior del Model L se caracterizaba por el uso de tapicerías en cuero de alta calidad, inserciones en madera auténtica y detalles en latón pulido. Exteriormente, el diseño destaca por sus proporciones majestuosas, grandes faros de latón, una silueta clásica de capó largo y carrocería elevada, y llantas de radios. Stevens-Duryea permitía en algunos casos personalización en pinturas y accesorios, lo que refuerza la exclusividad de los ejemplares supervivientes. Entre el equipamiento especial sobresalen las capotas de tela robusta y los asientos traseros de tipo salón.

Otras características relevantes

Por su fecha de producción y nivel de ingeniería, el Stevens-Duryea Model L fue pionero en introducir sistemas eléctricos de encendido y algunas soluciones avanzadas en suspensión, poco habituales en el mercado estadounidense de su tiempo.

Resumen

El Stevens-Duryea Model L se considera uno de los vehículos más representativos del lujo y la ingeniería artesanal americana anterior a la década de 1930. Gracias a su motor de seis cilindros, sus materiales selectos y su bajo número de unidades, destaca en el mercado de coches clásicos por su exclusividad y valor histórico.