1958 | Jaguar D-Type

Jaguar D-Type Réplica por RAM – La ilusión más hermosa de los años 50

Hay réplicas. Y luego están coches como este: una réplica del Jaguar D-Type fabricada por Realm Engineering (RAM), uno de los pocos que se lo tomó en serio. Y se puso serio cuando leyendas como Sir Jack Brabham y Sir Stirling Moss reconocieron: estas réplicas están increíblemente cerca del original. Y no solo en apariencia.

Porque esto no es solo un homenaje: es una máquina del tiempo a la era dorada del automovilismo.

Contexto histórico – Un monumento sobre ruedas
El D-Type original ganó tres veces en Le Mans (1955, ’56 y ’57). Un coche tan británico como el té Earl Grey. Su diseño aerodinámico, estructura tipo monocasco y aleta trasera eran muy adelantados a su tiempo.

Pero hoy en día, nadie entrega uno original por menos de 10 millones de euros. Esta réplica es la mejor forma de conducir historia sin hipotecar tu casa.

Técnica – Corazón Jaguar
RAM empleó un chasis tubular de acero con carrocería de fibra de vidrio: ligero pero robusto. Bajo el capó:

✦ motor Jaguar de 6 cilindros en línea y 3.8 litros,
✦ con tres carburadores SU,
✦ caja de cambios manual de 4 marchas.

¿El resultado? Un sonido como trueno británico – profundo, elegante, lleno de carácter.

Radiador de aluminio, suspensión delantera ajustable, eje trasero Jaguar con frenos internos y frenos de disco delanteros: se hizo para conducir.

Estética e interior – Como una película en blanco y negro
Exterior: British Racing Green. Llantas Dunlop. Escape de acero inoxidable. Correas de cuero. Elegancia y deportividad atemporal. Para ir solo: tapa del asiento del acompañante.

Interior: cuero verde, volante de madera, relojes Smiths y arneses Sparco para seguridad moderna.

Acceso: bajo. Posición: pura competición. Sensación: inigualable.

Documentación – Matriculado y listo
✅ Actualmente matriculado en Bélgica
✅ Con aprobación técnica específica – es decir: se puede circular legalmente.

Conclusión – Un D-Type para vivirlo
Este RAM D-Type no es una réplica más. Es lo mejor de dos mundos: el alma de los 50 con mecánica fiable y comprensible.

En la carretera, en un encuentro, o en el garaje: es una conversación, una declaración de intenciones, una obra de arte con matrícula.

Y si alguien insiste en que solo lo original vale: que se suba. Nunca más lo repetirá.